10 dormitorios blancos: los sueños en estado puro

José Manuel Peñalver Romero José Manuel Peñalver Romero
homify Bedroom
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¿Qué tiene el color blanco? ¿Es su pureza? ¿Su luminosidad? ¿Su capacidad de combinar con los demás colores? Sea lo que sea, sin duda es uno de nuestros colores favoritos a la hora de elegir la decoración. En un dormitorio, donde lo que buscamos es la armonía, la tranquilidad y cualquier ingrediente que favorezca el descanso, el blanco se adueña de un protagonismo especial. En el artículo que te presentamos a continuación, veremos en color blanco en las paredes, la decoración o la ropa de cama; a veces sólo y otras en combinación con tonos derivados del blanco e incluso haciendo sitio a colores opuestos como el negro. Y ya sabes que no existen los opuestos sino los complementarios. Un dormitorio dominado por blanco es un mar de calma y tranquilidad, genera paz en el ambiente y aumenta la luminosidad y el espacio de la habitación. Ven y comprueba la serenidad de soñar en blanco.

El blanco le hace un guiño al negro

En esta imagen vemos un dormitorio en un blanco marfil que armoniza toda su decoración, incluida la alfombra bajo la cama, dentro del mismo paraguas cromático. Cuando hablamos del blanco no es necesario que sea una paleta intensa o muy pronunciada que inunde toda la estancia. Al igual que en el ejemplo que hemos visto anteriormente, un detalle sutil quiebra esa impresión y el blanco le cede un espacio al color negro de los cojines, en un pequeño juego de complicidad. 

Blanco a tope y negro en algunos toques

Iniciamos nuestro blanco paseo por este dormitorio en el que no hace falta dar muchas pistas sobre el color dominante. La luminosidad del blanco en las paredes y la ropa de cama apenas se ve interrumpida por los detalles en negro de las cortinas, cojines y lámparas de noche. Es una muestra de cómo un color aporta claridad, serenidad y pureza a una estancia destinada al descanso.

Un rayo de sol

En espacio oscuros, con poca luz natural, el uso del blanco alivia en gran medida la sensación claustrofóbica que pueden producir dichos espacios. No es el caso de la imagen que ilustra este texto, en la que un inmenso ventanal permite que la luz natural del sol inunde la habitación convirtiéndola en un espacio radiante. Para evitar una sensación excesivamente luminosa, podemos aprovechar los cojines para añadir pequeñas pinceladas de otros colores. 

Sin perder la calma

Unas paredes y techos altos en blanco aumentan la sensación de espacio y la claridad de la habitación. En nuestro gusto está añadir otros colores, como el morado del cabecero, para abrir el abanico cromático a otras combinaciones que generen la atmósfera deseada. Lo bueno del blanco es que hace grande a cualquier otro color por muy extravagante que sea. Y sin perder su tranquilidad y serenidad.

Dando en el blanco

Como hemos afirmado anteriormente, la gama de blancos es tan ilimitada como queramos. En esta imagen vemos cómo se juega con un blanco natural en las mesillas, el sinfonier, el cabecero, las cortinas y ropa de cama y una de las paredes, mientras que la otra pared y el juego de cama se queda con un blanco roto en tonos grises azulados; otra tonalidad conocida también por sus propiedades relajantes. 

Complementos con buena intención

El blanco es el blanco y nadie se lo va a discutir. Aunque un cabcero, una mesilla y un baúl quieran interponerse en su luminosidad y claridad, la sensación de calma y bienestar que aporta el blanco no se pierde por de la presencia de estos complementos. Al contrario, la frescura del blanco complementa y acoge también cualquier otra tonalidad oscura en un contraste lleno de armonía e intencionalidad. 

El diente de león

La pared frontal de un dormitorio es la que causa la gran impresión. A veces dejarla completamente en blanco genera una extraña sensación de vacío. Algo que se puede solucionar incorporando unos pequeños cuadros, en tonos cálidos y agradables que, añadiendo un motivo visual, nos saquen de ese vacío. Una original lámpara blanca en forma de diente de león refuerza el blanco con un toque natural.

Blanco barroco

Al igual que en la imagen anterior, jugar con la pared frontal nos ayuda a complementar el blanco intenso del resto de la habitación y nos abre una puerta a otras combinaciones. En la imagen, un papel pintado cubre dicha pared en tonos dorados y plateados y concede un aire de elegancia y distinción a este dormitorio con cierta sofisticación, como demuestran algunos elementos decorativos como la cómoda y silla. Su estilo barroco no choca con el espíritu sosegado del blanco. 

Quedarse en blanco

Quizás con esa idea fue diseñado este dormitorio. Dejar la mente en blanco para descansar y reposar de una dura jornada de trabajo. El blanco llevado a un extremo se convierte en un estilo minimalista que profundiza aún más en el efecto relajante y sereno de esta tonalidad.

Espacio en blanco

Para finalizar nuestro recorrido por el blanco, este estupendo dormitorio abuhardillado. El blanco parece deslizarse sin resistencia hacia un gris perla que lo hace todavía más elegante y refinado. Algo a lo que contribuye el gran chorro de luz que penetra por la ventana y que ilumina la habitación llenándola de bienestar y pureza.

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