En el libro de ideas de hoy vamos a enumerar esas formas tan especiales que tiene nuestra casa de confortarnos y hacernos olvidar que tuvimos un pésimo día.
A todos nos ha pasado, seguramente con más frecuencia de la que nos atrevemos a reconocer: llegamos a nuestras casas de la calle o del trabajo aguantándonos el mal humor y la sensación de desazón que tantas veces nos produce lidiar con el mundo exterior.
La meta es llegar a casa cuanto antes, por una de las excelentes razones que hemos recopilado aquí o quizás por todas. Así que acompáñennos a recorrer todas esas pequeñas cosas que nuestra casa hace por nosotros.
Otro lujo que nos damos al llegar a casa es el de acurrucarnos a ver nuestra serie favorita como si no hubiera un mañana.
La necesidad que tenemos al llegar a casa de tomar una taza de alguna bebida caliente que nos relaje o nos eche a andar la serotonina es harto conocida. Nada como un té, café o chocolate caliente para reconfortarnos.
Para desconectar la cabeza de nuestras obligaciones y las pantallas del computador o el celular, nada como un buen libro un sillón confortable.
Especialmente en días fríos y lluviosos, llegamos a casa pensando en la chimenea y en el agradable calor del fuego.
Especialmente en verano, llegar a casa iracundos y apagar esa ira en el agua de la pileta, es una de las mejores formas de pasar la página, amén de hacer deporte. Si están pensando en construir una pileta en casa, es importante elegir a los mejores.
Muchos de nosotros, fanáticos de la cocina, sabemos que lejos de ser una obligación, cocinar puede ser una maravillosa forma de animarnos y sacar la mente de nuestros problemas.
Sentarnos en el jardín o la terraza a disfrutar del atardecer o de una reunión con amigos es otro de los regalos que nos da nuestra casa.
Usar las manos y la creatividad para crear cosas lindas nos ayudará muchísimo a animarnos y despejarnos.
Darnos el lujo de preparar o comprar esas cosas ricas que comemos en ocasiones especiales nos animará en un santiamén.
Una copa de nuestro licor favorito para distendernos es otro lujo que nos hará pensar que se está mejor en casa que en el bar más trendy de la ciudad.
Ya sea de inmersión o en ducha, (el eterno dilema de cuál es mejor), un baño que nos ayude a sacarnos el cansancio y a olvidar las malas experiencias del día, siempre es un momento sagrado.
Finalmente llegar al ansiado momento de acostarnos en el mejor refugio de todos: nuestro dormitorio. Tan pronto caemos en esa comodísima cama nos damos cuenta de que nada puede ser tan terrible. Mañana será otro día.