9 Sensacionales cocinas Country Chic

Armando Cerra Armando Cerra
Visite privée d'un chalet alpin, Sandrine RIVIERE Photographie Sandrine RIVIERE Photographie Kitchen
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El estilo más rústico puede ser perfectamente contemporáneo. Los materiales y formas más tradicionales en una cocina tienen como resultado los espacios ideales para realizar una de las faenas más importantes y necesarias para el ser humano: alimentarse. La sensación de hogar, de calidez, de sabores auténticos alcanzan sus más altas cuotas en este tipo de cocinas de ambientación muy rústica. Pero no se trata solo de ambientes adecuados para casas rurales, sino que también pueden ser ideales para viviendas urbanas, donde podemos ser capaces de generar un espacio que nos traslade muy lejos del asfalto de la gran ciudad. En uno y otro caso, se tratará de cocinas realizadas o reformadas en el siglo XXI, y por lo tanto aunque uno se inspire en las formas más tradicionales, siempre se hará con ese espíritu actual que conjugue funcionalidad, sofisticación o tecnología.

1. Combinaciones muy equilibradas

Lo rústico puede ser también bastante ecléctico. Eso sí, siempre tiene que acabar transmitiendo una idea de hogar y de hospitalidad. Por ejemplo, combinar la carpintería de tonos envejecidos pero con molduras más modernas, o los tonos en la pintura de las paredes con composiciones de azulejos dinámicas pueden ser buenos recursos en esta línea. Y no olvidemos que en la cocina tienen que estar los electrodomésticos, que en la actualidad son verdaderas creaciones tecnológicas y los fabricantes están dándoles una estética que plasma ese factor innovador. Algo que puede no conjugar en un primer golpe con la idea de la rusticidad, sin embargo hay soluciones que plantean una unión de lo más chic entre esos elementos. Sin duda, eso pasa en esta composición de cocina concebida por el estudio de arquitectos de interiores de Bilbao Urbana 15.

2. Contrastes dentro de la cocina

La idea de rusticidad, tenga el origen geográfico que tenga, suele casar bastante bien. Y algo semejante ocurre si recurrimos al empleo de materiales tradicionales que pueden parecer contrapuestos. Siempre que se aplique el buen gusto pueden emparejarse perfectamente los suelos de madera con las paredes de yeso o los tramos a base de ladrillo visto. Eso en cuanto a la construcción propiamente dicha, pero ocurre lo mismo con el mobiliario, ya que las alacenas y armarios de madera pueden convivir a la perfección con los aluminios lacados de los electrodomésticos o las encimeras de piedra.

3. El encanto de lo pequeño

Si pensamos en una cocina rústica casi nos parece obligado que se trate de un lugar amplio. Sin embargo, no tiene porque ser así. De hecho, en general cuando las formas más rústicas y propias de los ambientes rurales las trasladamos a nuestras viviendas urbanas, generalmente lo hacemos a espacios más reducidos si se trata de pisos. Y lógicamente al tratase de una cocina rústica hay elementos que nos permiten generar ese tipo de espacios, como por ejemplo la presencia de taburetes o pequeñas islas para repartir superficies y elementos de trabajo dentro de la cocina.

4. Modernizando lo rústico

Uno de los aspectos con los que más identificamos las cocinas más rústicas es por su coloridos que en los que generalmente se ha optado por los tonos naturales de los materiales. Es decir, se ve la veta barnizada en los muebles de madera, los alicatados tienen repetitivos motivos ornamentales o se aprecia la rugosidad del ladrillo. Sin embargo, eso mismo puede tener una presencia mucho más moderna con lacados uniformes en la carpintería o extraordinarios pulidos en encimeras y lozas. Sin olvidar los tonos dinámicos que se puede dar a los azulejos y baldosas de paredes y suelos.

5. Lo más simple y delicado

Todos los elementos que componen la base de una cocina rústica pueden optar por un aspecto cálido pero especialmente funcional, o por una presencia que transmite delicadeza y cierta idea de lo artesanal. Para ello, los azulejos d elas paredes pueden tener un forma añeja que funda la cerámica y el ladrillo, o la carpintería de armarios, mesas o sillas siempre tiene cierto detalles torneado o curvo que las humaniza, y les da ese toque del sur, que los aleja de los ángulos rectos y limpieza de los diseños más escandinavos, tan de moda en los últimos tiempos.

6. Eclecticismo y elegancia dentro de lo rústico

Los elementos que proporcionan rusticidad tienen sus variantes locales. Es decir, las tradiciones decorativas en una cocina, al igual que los platos que ahí se cocinan, no son iguales al sur de España que en Escandinavia o en el lejano Oeste de Estados Unidos. Por lo tanto, la idea de rusticidad varía, pero en todos los lugares tiene unos valores de calidez y de humanidad evidentes, por esa razón es posible fundir diversas influencias en una misma cocina, de manera que todo ese conjunto rústico sea muy contemporáneo.

7. Toques intrusos

Sí. A veces un sencillo elemento puede darle toda una dimensión a una habitación. Y eso ocurre también la cocina. Y pueden ser elementos más o menos grandes. Por ejemplo, todo un embaldosado puede actualizar por completo una cocina rústica. Eso en cuanto al suelo, pero si miramos al techo y nos encontramos una lámpara moderna, que contraste claramente con todo el conjunto, y que lo haga llamativamente. Solo con ese elemento, que vamos a llamar intruso, podemos darle un cambio radical a la cocina.

8. Una cocina rústica en un apartamento contemporáneo

Pocas cosas pueden ser más chic que encontrarnos en una apartamento o en un dúplex urbano decorado con criterios de absoluta modernidad en las que no faltan los elementos de acero o los tonos eléctricos en la pintura, por citar algo, y de pronto la cocina sea como un viaje en el espacio a un ambiente mucho más rústico. Hemos dicho viaje en el espacio, pero no cabe aquí el tópico de decir también desplazamiento en el tiempo, porque esa cocina puede ser perfectamente de nuestros días pese a su apariencia rural, algo que le da su encanto, mucho más aún si se encuentra en un apartamento donde no hay paredes que separen la cocina del comedor y el salón decorados de forma muy moderna.

9. Cuidando hasta el último detalle

Uno de los rasgos definitorios de la decoración rústica en una cocina es que siempre aparece cuidado hasta el más mínimo detalle, bien sea un azulejo, el torneado de los muebles de madera, los tiradores de los cajones, co cualquiera accesorio, sea del material que sea, pétreo o metálico. Y por supuesto, otros detalles ornamentales cobran una importancia destacada. No se trata solo de que todo el conjunto cuadre y que nada llame la atención especialmente, sino que además sabiendo encuadrarse dentro de la totalidad, luego cada elemento tiene que ser susceptible de atención. Los variados dibujos en el revestimiento de paredes o del suelo, los detalles de forja en el mobiliario o la labor del ebanista en la madera. Lo dicho hasta el último detalle cuidado

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