Alfombras persas, arte milenario en el salón de casa

Las alfombras son uno de los elementos decorativos más emblemáticos y llamativos de la decoración de interiores desde años remotos.

Se cree que las primeras alfombras existen desde hace más de treinta mil años, cuando el hombre vivía en cuevas y con la piel de los animales cubría su cuerpo y los suelos para contrarrestar el frio exterior. Sabemos  que el origen datado de las primeros restos de alfombras se remonta a los  siglos IV y II a.C. . Se encontraban sobre todo en  la zona de Oriente, toda la zona balcánica, pasando por India, Asia Central Y Oriental , China. Sin olvidar el borde mediterráneo, el Cáucaso, Irán, el Turquestán y Afganistán. Por aquel entonces ya los chinos eran grandes productores de tejidos, aunque Egipto fue el primer país productor de esta belleza decorativa hacia el siglo XV. Esta pieza que no deja indiferente a ninguna cultura o país, decora nuestra vivienda, aporta calidez y viste nuestro suelo.  ¡Pieza indiscutible de la que aprender un poco más!

Hoy en homify os queremos traer desde tierras lejanas las milenarias alfombras persas. Seguramente todos hayamos podido ver o caminar con nuestros pies sobre una de estas apreciadas maravillas. Pero ¡cuidado! No es oro todo lo que reluce. Y es que conseguir una alfombra persa de verdad es como encontrar una aguja en un pajar.

Afortunado aquel que vista su suelo con semejante obra.

Las alfombras orientales están trabajadas a mano. Antiguamente el trabajo lo realizaban las mujeres y los niños, pero actualmente con la evolución de la industria se realizan en talleres más modernos. La clasificación se hace a partir del tipo de nudo que siguen. Las persas, por ejemplo, tienen dos tipos de nudo: el ghiorde o turco y el senneh o persa, que siguen una línea horizontal sobre la urdimbre, que es la parte de hilos verticales que se disponen en el telar. El nudo de este tipo de alfombras es asimétrico y sencillo, es así como consigue un resultado muy fino.

Los materiales suelen estar bastante vinculados con las ciudades de origen. Se usará lana de oveja, cabra o camello, hilos de algodón o hilos de seda. La lana y la seda se utiliza para crear el terciopelo de la alfombra y el algodón para la urdimbre.

Las alfombras más valiosas son aquellas en las que el terciopelo es de seda. Como sabemos la seda es un tejido de lujo, debido a su textura y brillo, y esto hace que la pieza adquiera mucho más valor. 

Un dato curioso es que antiguamente se utilizaban insectos y restos vegetales para confeccionarlas ya que de esta manera su resistencia se hacía mayor teniendo en cuenta que eran utilizadas por los pueblos nómadas que las llevaban y traían en sus desplazamientos y protegían con ellas  los suelos de sus tiendas . ¿Interesante verdad?

Como observamos en la foto, esta bonita alfombra persa tiene un tamaño considerable y un bonito estampado geométrico.

Cada una de estas originales alfombras  varían del resto en su forma, tamaño y diseño.

Entre algunas de ellas están: las de grandes dimensiones que se llaman Ghalis, las Ghalitcheh que son también de gran tamaño y muy buena calidad y las Kenareh y Zaronim son las de menor tamaño,  miden entre 80- 120 cm por 150 de largo.

 ¡Cada pieza es única!

Los colores de fondo ser centrarán en azul, marfil y rojos y el motivo representado suele ser geométrico y floral.

Los colores provenían de tintes vegetales; así el rojo se  obtenía de la granza, y el azul se conseguía con las hojas del índigo.Las hojas de la vid o del azafrán proporcionaban los tonos  amarillos y los verdes y los colores oscuros  se obtenían del pelo del camello negro o de la oveja.

Las replicas son fáciles de distinguir. Hay que fijarse en los colores, que en lugar de atenuados y naturales suelen ser muy llamativos. Los hilos que se utilizan en las copias son sintéticos y el nudo es más simétrico que en las originales. Las piezas originales al estar anudadas a mano, tienen irregularidades, por lo que ahí estará nuestra firma de autenticidad.

Si quieres decorar ya sea un pasillo, un dormitorio o el salón con alfombras persas, debemos analizar nuestro espacio y ver que tono y que tamaño será más acertado para nuestra estancia.

Así nos decantaremos por alfombras en tira, cuadradas o rectangulares.

Las alfombras persas lucen tonos llamativos y combinarán de maravilla en habitaciones donde primen los colores nude o suaves, como grises claros, beige, blancos o azules. Aportarán mucha luminosidad y conseguiremos un juego de contrastes muy desahogado.

Las alfombras se adaptan a cualquier decoración. Si nuestro estilo es el  clásico, con la alfombra persa daremos color y romperemos  con la monotonía tonal.

Si nos movemos en un  estilo rústico, también  aportaremos color al ambiente jugando con las maderas, los ladrillos y el blanco envejecido.

Y con los estilos más modernos como el nórdico o el minimalista, combinará la calidez de los tonos rojizos o el color marsala que está tanto de moda,  los tonos suaves del marfil y los azules, con los tonos más fríos del Norte de Europa.

Esta pieza exclusiva ha pasado de abrigar los suelos del frío invierto de las tribus de Persia a ser una pieza decorativa tanto para los suelos como para las paredes. Si estás pensando en hacerte con una de ellas no lo dudes ni un segundo. Pues, una vez sea de tu propiedad no te querrás deshacer de ella y en caso de que quieras darle salida siempre la podrás incluir en tu herencia o venderla en subastas o anticuarios.

Su  durabilidad es asombrosa, por lo que su valor perdurará a lo largo de los años de manera intacta.

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