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Hay diseños de interiores que parecen sacados de un cuento y, la casa que nos ocupa, es un buen ejemplo de ello. El blanco domina cada estancia haciendo que, en conjunto, los espacios se muestren elegantes, sofisticados e inspiradores. La apuesta cromática denota un exquisito gusto por la pureza de los ambientes que, en función de la naturaleza de cada uno de ellos, introducen matices en forma de materiales o colores que vienen a completar su atractivo.
Esta casa blanca embriaga al espectador a base de estilo y delicadeza, de modernidad y sentido práctico, de amplitud espacial y carácter, despertando sensaciones que son todo un deleite para cuerpo y mente. ¿Dispuesto a satisfacer la curiosidad por los detalles de esta construcción de elegancia atemporal?
El recibidor de esta casa de interiores blancos es la antesala perfecta para un proyecto que destila elegancia y distinción. La ausencia de cualquier matiz cromático anticipa lo que constituirá buena parte del encanto del diseño que, utilizando el blanco como hilo conductor de la decoración, consigue crear estancias delicadas e inspiradoras cuya sola contemplación es un placer para los sentidos.
La grandeza de los materiales es una de las claves del encanto de esta casa elegante y, junto a ellos, un elemento llama poderosamente la atención. Una impresionante escalera de mármol con barandilla de vidrio hace de epicentro de la arquitectura interior de la vivienda. Su diseño cuidado así como una iluminación adecuada, propician que, más allá de su papel como estructura de conexión entre ambientes, la escalera tenga una función determinante en la decoración del conjunto.
El primero de los espacios que visitamos en el interior de esta casa blanca de elegancia atemporal es el salón. La panorámica permite adivinar un planteamiento moderno, con espacios abiertos y luminosos que se valen de recursos llenos de carácter para organizar una atmósfera sofisticada. La decoración en blanco está salpicada de elementos que, sin necesidad de recurrir a grandes contraste cromáticos, definen las áreas representadas en la sala.
Uno de esos elementos que imprime carácter a la decoración del salón es la espectacular chimenea que domina el centro de la sala. Su diseño aporta volumen al conjunto, añadiendo cierto dinamismo gracias a los matices en tonos negros y grises con ciertas reminiscencias tortora.
La zona estancial se completa con un maravilloso conjunto de sofás que, al igual que el resto de la habitación, se sirven del color blanco para realzar su atractivo. No faltan, sin embargo, detalles en gris y negro en forma de cojines, cuadros para las paredes e, incluso, una atractiva alfombra que domina el espacio central de la composición.
El minimalismo está presente en la propuesta decorativa de la estancia, una corriente que se aprecia, no sólo en la apuesta por la hegemonía del color blanco, sino también por esa búsqueda de la belleza a través de la sencillez y la desnudez de los espacios. Las líneas del mobiliario describen el movimiento perfecto de las paredes, al tiempo que proveen al salón de multitud de soluciones de almacenamiento llenas de estilo.
La transición hacia el área del comedor se hace de manera natural prescindiendo, en todo caso, del uso de paredes desde el salón. El cuidado diseño de los muebles o los detalles de estilo que pueden apreciarse, por ejemplo, en la elección de una atractiva lámpara de araña sobre la mesa del comedor, son algunas de las señas de identidad de un espacio de incuestionable elegancia.
Al fondo de la imagen encontramos otra manifestación de ese gusto por la integración de ambientes que, en este caso, se materializa en una cocina que se abre hacia el comedor mediante un sistema de puertas correderas, un recurso muy atractivo para dividir espacios sin recurrir a las paredes.
El diseño de la cocina no defrauda y es que acceder a la misma es adentrarse en una estancia funcional, moderna y con todo lujo de detalles. Un moderno mobiliario coloniza las paredes describiendo una L prácticamente imperceptible gracias, en buena medida, al uso del color blanco como protagonista de la composición. La mesa de madera maciza y los detalles de los acabados metalizados son el contrapunto perfecto para la escena.
¿Pensabas que esta casa blanca no podía sorprenderte? Aquí va un giro inesperado dentro de su proyecto decorativo. Aunque el blanco continúa siendo el protagonista indiscutible, el baño apuesta por introducir una combinación atrevida contraponiendo su presencia a la de matices en rojo. La pared que hace de telón de fondo a los lavabos está salpicada por un mosaico que recuerda a los corales marinos y que, gracias a la propuesta lumínica, suma una indudable belleza.
La panorámica completa del baño nos descubre cómo los matices cromáticos en rojo salpican pequeños rincones dotando a la estancia de una gran personalidad. Destacan también las formas redondeadas de los sanitarios, una apuesta original que ayuda a componer una atmósfera muy especial.
Otro de los escenarios en los que la decoración da un giro muy sofisticado es el baño principal aunque, en este caso, los matices en rojo y las formas redondeadas se sustituyen por un mobiliario geométrico y tonos neutros que confieren a la composición un carácter muy sofisticado. Frente a la integración de nichos como parte del diseño de las paredes que veíamos en la imagen anterior, este otro baño apuesta por soluciones de almacenamiento amplias y contemporáneas.
El baño incluye además una amplia zona de agua que ofrece la posibilidad de deleitar cuerpo y mente con una ducha fugaz, o sucumbir a los encantos de un baño de espuma. ¿Con cual te quedas?
Sea cual sea tu opción, si quieres conocer más proyectos que apuestan por la elegancia de interiores blancos, sigue leyendo: Moderna, blanca y encantadora: una casa de revista.
