8 cosas que debes saber sobre Swedish Death Cleaning, la última tendencia en limpieza

Mariana Belisario Blaksley Mariana Belisario Blaksley
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Swedish Death Cleaning: el nombre no suena demasiado atractivo, pero también muestra exactamente de qué se trata: cómo liberarte a ti y a tu familia de las cosas de toda la vida. La escritora sueca Margareta Magnusson escribió este libro poco después de que sus padres murieran y se convirtió en un éxito de ventas en poco tiempo.

El núcleo de este libro es comenzar gradualmente a limpiar tu casa, de modo que cuando mueras esto no suponga una carga tan grande para los familiares. Pero también es un ritual que te ayuda a reflexionar sobre tu vida, ya sea que termine pronto o no.

Por supuesto, el nombre causa un pequeño revuelo, pero en realidad es solo un método claro y práctico que describe cómo puedes manejar tus cosas. El enfoque es un poco como los otros métodos de limpieza que hemos visto a lo largo de los años: Marie Kondo y Hygge.

Reunimos 8 de los consejos más importantes para compartirlos contigo…

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1.- ¿Por dónde empezar?

Es mejor comenzar con los elementos que tienen poco valor emocional ya que es la parte más fácil. Así que empieza por limpiar por el dormitorio despejando el clóset y eligiendo la ropa que vas a conservar. Allí seguramente encontrarás prendas que ya no usas, que están desgastadas o que ya no te quedan.

2.- ¿A qué edad debería empezar?

Alrededor de los 65 años es una edad ideal para deshacerse de algunas de tus pertenencias y hacer más lugar. También recuerda que si vas a achicarte en términos de vivienda, no podrás llevarte todo y tendrás que despedirse de ciertas cosas. Además, acostumbrarse a vivir con menos es bueno para nuestro bienestar y para tener espacios más minimalistas y modernos.

Puedes vender las cosas que tengan algún valor económico y te harás con una bonita suma. Notarás que cuando comienzas cada vez es más fácil deshacerte de las cosas. Te da una agradable sensación de tomar el control de tus espacios.


3.- Dejalo todo por escrito

No hay nada tan molesto como cuando otros no saben cómo se organiza un negocio o un hogar. Por lo tanto, es bueno escribir un documento con toda la información sobre seguros y asuntos financieros amén de algunas explicaciones sobre cómo te gustaría que se dispusieran tus asuntos. De esta manera testa agobiante responsabilidad no recaerá sobre tus familiares. Comparte esta información con miembros de la familia para que estén al tanto de todo.

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4.- ¿Qué estás guardando?

Tal vez conservas algunas cosas debido a los buenos recuerdos que te traen, pero recuerda que no necesitas cosas materiales para mantenerlos vivos. En la práctica, rara vez volvemos a mirar nuestras viejas fotografías. Recorre tu cocina y fíjate qué cosas nunca usas y verifica cuántos platos, vasos y cubiertos realmente necesitas. Lo más probable es que no te haga falta una vajilla tan extensa.

5.- Donar o regalar

Cuando te resulte difícil deshacerte de algo, regálaselo a tus amigos o familiares. De esa manera es mucho más fácil despedirnos de las cosas. Por supuesto, la idea es darle algo útil y que le dará placer al otro, no llenarlo de trastos que no ha pedido.


6.- Recompénsate

Un proceso como éste e incorporarlo a tus rutinas no es fácil. En promedio, toma varios meses antes de que hayas aprendido un nuevo hábito. Por lo tanto, date tiempo y no te enojes contigo mismo si no funciona de inmediato. Y también recompénsate cuando tengas éxito. No comprando cosas nuevas, sino pasando un rato agradable y cálido en compañía de tus seres queridos.


7.- ¿Lo guardo o no lo guardo?

Una pregunta muy importante para decidir si guardamos o no alguna cosa es: ¿me hará feliz o hará feliz a alguien si lo guardo? Es un buen truco que nos ayuda a detenernos a pensar en cada objeto y a preguntarnos si realmente agrega valor. Y no te conformes con respuestas rápidas como tal vez algún día me servirá de algo.

8.- La dura verdad: es posible que a nadie le interesen tus cosas

El minimalismo es la nueva tendencia. En las casas de personas en sus treintas encontrarás un mínimo de cosas ya que el espacio, seguramente también sea mínimo. Las próximas generaciones realmente no están esperando las cosas de sus padres para incorporarlas todas en sus casas. Encima no hay mucho mercado para muebles viejos de roble oscuro, por ejemplo. Así que trata de deshacerte de todos los muebles que puedas, regala tantas cosas como sea posible y recopila las mejores fotos (especialmente de tus hijos) en algunos álbumes.

Eso le ahorrará mucho trabajo a tus herederos…

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