Cabeceros textiles

María Bausán María Bausán
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Cuando los dormitorios son pequeños mucha gente tiende a eliminar el cabecero de la cama, para crear así una mayor sensación de espacio. Si bien es cierto que hablamos de la parte más estética de la cama y que por tanto a nivel funcional podemos eliminarlo, los cabeceros no solo embellecen nuestro zona de sueño, sino que también nos sirven para apoyar las almohadas cuando, por ejemplo, leemos antes de dormir, así como para evitar que la pared se ensucie tanto. 

Los cabeceros, además, visten los dormitorios dando un toque acogedor a la habitación. Sin embargo, su peso visual es relevante y por eso si no escogemos bien podemos acabar sobrecargando el espacio. A la hora de decidirnos por uno u otro son muchas las variables a tener en cuenta: tamaño, color, estilo, material, etc. Hoy nos centramos en este último punto, el material, para hablar de cabeceros textiles. Descubre estas cinco propuestas que hemos traído para ti. 

Colorido

A la hora de hablar de cabeceros de cama, los tapizados o forrados con telas son una opción a tener en cuenta. Se trata de modelos que pueden ser muy decorativos y que, según la tela que elijamos, nos permitirán dar mucha personalidad a nuestro dormitorio. Lo difícil en estos casos es elegir el estampado que más se adecue a nuestro estilo. El que vemos aquí es un original cabecero de un metro de alto forrado con tela de topos de inspiración vintage. El estampado es llamativo, pero al mismo tiempo, al tratarse de motivos geométricos y pequeños no corremos el riesgo de que acabe siendo demasiado cargante, como podría ocurrirnos en un dormitorio con pocos metros cuadrados si el estampado tuviera figuras más grandes y estrafalarias. 

Sobrio

Los colores claros y tierra, como los del cabecero de la fotografía , aportan calidez de una manera discreta. Visualmente son menos agresivos que los brillantes estampados y por eso mismo son aptos para cualquier tipo de habitación. Una cosa a tener en cuenta con los estampados del cabecero es la ropa de cama que vamos a utilizar. En este dormitorio el cabecero liso, apenas enmarcado por unos remaches que le dan un toque retro, permite ser más creativo a la hora de elegir los colores de la colcha. Sin embargo, si nos decidiéramos por algo más atrevido en el cabecero sería más apropiado renunciar a estampados llamativos en la ropa de cama.

Romántico

En esta cama con dosel se ha incorporado además un cabecero textil que incrementa la sensación acogedora que esta estructura proporciona. El tejido aquí es oscuro, pero con un punteado blanco que le da frescura y que continúa a lo largo de la base de la cama. 

De piel

La piel en el cabecero es un clásico que despierta tantas pasiones como odios. Su presencia no pasa desapercibida y por eso no lo aconsejamos para dormitorios de pequeñas dimensiones. Sin embargo, un cabecero de piel en una habitación grande aporta personalidad y clase, convirtiéndose en el centro del dormitorio. Los cabeceros de piel pueden ser de muchos colores y diseños. El que hemos escogido aquí es un clásico con botones de color oscuro. Más allá del cabecero, también la base de la cama y una otomana a los pies han sido forradas del mismo material, creando un conjunto compacto y acogedor. 

Clásico

Los cabeceros no son solo cosa de camas de matrimonio. Las habitaciones de invitados con camas separadas pueden dar pie a cabeceros de cama como el que vemos en esta fotografía. Se trata de un diseño clásico donde la elegancia la pone la tela satinada que se ha escogido para su tapizado. 

Si quieres seguir leyendo sobre cabeceros, no te pierdas el libro de ideas ¿Qué cabecero elegimos para nuestra cama?

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