Si no tenemos posibilidad de comprar una casa y no queda otra que vivir en un piso alquilado, cabe saber bien qué se puede y qué no a la hora de decorar el hogar.
Porque no hay problemas en colocar cuadros, posters o cambiar algo del mobiliario. El problema empieza cuando necesitamos alguna pared más de las existentes, o puertas que molestan más de lo que sirven.
Lo que queda es una delicada negociación con el propietario, y buscar alternativas que nos permitan vivir más cómodos sin tener que realizar grandes obras que impliquen problemas legales o un gran gasto económico.
Veamos qué opciones tenemos cuando queremos cambiar algo de la estructura de nuestro piso alquilado.